Últimamente no hago más que hundirme en aguas oscuras que, aunque vistas desde la orilla parecen peligrosas, son una deliciosa experiencia. Estoy descubriendo muchas cosas que me hacen ver el mundo con otros ojos.
Es como si buceara por el océano de Solaris.
Como si corriera junto a Miles Davis por el corredor del vudú.
Como si paseara junto a Thoreau en un frío día de invierno por los bosques de Walden.
Como si disfrutara de una plácida tarde de verano en Zurich, junto a Zweig y otros intelectuales europeos.
Como...
Como si viviera en otra dimensión.
Es como si buceara por el océano de Solaris.
Como si corriera junto a Miles Davis por el corredor del vudú.
Como si paseara junto a Thoreau en un frío día de invierno por los bosques de Walden.
Como si disfrutara de una plácida tarde de verano en Zurich, junto a Zweig y otros intelectuales europeos.
Como...
Como si viviera en otra dimensión.
Una dimensión que muchos individuos no ven, pero en realidad sí pueden, pero no quieren.
Porque viven cómodos en su micro-cosmos de limitados elementos tangibles.
Si son felices en sus peceras, bien por ellos.
Pero es una lástima que en esta dimensión haya tanto espacio vacío y muerto...
Afortunadamente la puerta está siempre abierta.
Así que, cuando queráis venir,
bienvenidos seréis.
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